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Nouvelle Vague para dummies.

Aqui os dejo con un breve texto sobre nouvelle vague para principiantes que he escrito. Inciaros en el maravilloso mundo de Godard, Rohmer, Truffaut, la Cinémathèque y muchas otras cuestiones que marcaron un antes y un después en lo que hoy conocemos como cine de autor…

Aqui firma una fan de Cahiers du Cinéma, Lara A Miranda:

A finales de los años 50 existen unas series de circunstancias sociales y políticas que facilitan la aparición de un movimiento estético en Francia, compuesto por críticos de cine, escritores de Cahiers du Cinéma. Con el paso del tiempo y ligado a su condición de críticos, éstos logran pasar a dirigir películas, donde platean los postulados teorizados en sus artículos anteriormente.

En sus películas, los “jóvenes turcos”, como también eran llamados, pesa su condición de cinéfilos, que admiran la obra de cineastas americanos y franceses clásicos, pero también su rechazo al cine francés contemporáneo denominado por Truffaut como “cine de papá”. Surge el concepto de “cine de autor”, que convierte al director en el auténtico responsable creativo de la misma película. Aparecen además figuras importantes en el mundo de la cultura, que condicionan el desarrollo del nuevo cine, como la de Henri Langlois, posteriormente cesado de su cargo en el 68 (L’affaire Langlois), que constituyó el auge y descenso de la Cinémathèque francesa. Langlois había sido el co-fundador de la Cinémathèque, al que el Ministerio de Hacienda cesa de su cargo por considerar los gastos de la institución demasiado elevados.

Alexander Astruc, escribe en 1948, El nacimiento de una nueva vanguardia, la cámara estilográfica (caméra stylo), donde critica la producción industrial de películas sin novedades, que el cine francés había tomado de Hollywood, y cuya propia dinámica de producción obligaba a acomodarse a fórmulas narrativas ya estandarizadas como medio para conseguir el éxito o llegar a un público igual de adocenado, que admitía estos productos sin mayores exigencias o críticas. Además Astruc sostenía que el cine debía ser admitido como lenguaje, igual que la literatura, que era capaz de expresar cualquier pensamiento, emoción… El director debía usar la cámara como estilográfica, al igual que hacen los escritores, de tal manera que formulasen sus propios pensamientos con la imagen. A lo largo de los 50 estos pensamientos de Astruc fueron recogidos por los “jóvenes turcos” en CdC, criticando los esquemas del cine tradicional, donde no se veían aportaciones nuevas, y la política de subvenciones para fomentar al cien francés frente al norteamericano, que había supuesto la aparición de un cine poco innovador y muy academicista. Para Truffaut la única adaptación válida era la de “un hombre de cine” pensada en términos cinematográficos. En Una cierta tendencia en el cine francés valora la existencia de un grupo de realizadores que no se pliega a estas películas, sino que los valora por resultar autores que escriben a menudo sus diálogos e incluso ser algunos de estos mismos, también los propios creadores de las historias que ruedan (Cocteau, Becker, Bresson, y Jean Rénoir) , incluyendo a clásicos como Ganze, Max Ophuls, Jaques Tati.

Entre el 54 y el 58, el joven François Truffaut reseña unas 430 películas, transformando progresivamente cualquier recesión en un gesto de batalla en la guerra contra el “cinéma de papa” y en el examen expresamente pesimista de Una cierta tendencia en el cine francés, para desembocar sólo como conclusión de esta larga preparación político-cultural, teórico-ideológica, en el “lanzamiento” de la “nueva oleada” a partir del Festival de Cannes de 1959.

Las nuevas técnicas contribuían a abaratar los costes, cambiando las formas tradicionales de rodar. Hasta finales de los 50 se rodaban en estudios, y contaban con un equipo muy pesado. Al mismo tiempo que se promocionaban los modelos fílmicos achatados (procedentes de EEUU). Se fueron desarrollando mecanismos más pequeños, la posibilidad de tomar un buen sonido directo en cualquier lugar, y se mejoraron las emulsiones de cine en color. Se empieza usar el decorado real de la calle, y los recursos cotidianos que acompañan al actor en cualquier lugar, con tomas mucho más libres, con un equipo mucho más reducido, que permitía rodar películas más baratas. Se rechazan las estructuras narrativas procedentes de la trama novelesca, directamente relacionada al realismo psicológico. Se asiste a un nuevo modelo de narración, que varía en muchos casos del director, como el godariano, muy abierto, donde se disuelven las nociones de la trama y de los personajes, el cual dista bastante del de Truffaut, mucho más imbricado el MRI, y los modelos hollywoodienses.

Las actuaciones son en su mayoría improvisadas, dando lugar al nacimiento de nuevas estrellas como Jean Pierre Léaud, Jeane Moreau, Jean Paul Belmondo, Anna Karina o incluso Brigitte Bardot, que exportan su imagen internacionalmente, algunos de ellos convirtiéndose en insignia de ciertos directores.

Lara A. Miranda

Noviembre, 2012

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